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CONDOMINIO CASABLANCA


¿Cómo ralentizar el tiempo el tiempo cada vez más acelerado para habitar el tiempo que requiere la intimidad? ¿Cómo dilatar la transición entre la hostilidad de nuestras ciudades y el espacio doméstico? ¿Cómo actuar en entornos urbanos que se conforman por medio de la sumatoria de piezas genéricas? ¿Cómo responder a la apariencia caótica del paisaje presente en muchas de las nuevas urbanidades latinoamericanas?

El proyecto de 8 viviendas agrupadas intenta responder con recursos tan elementales como la abstracción y el diseño de la transición entre la ciudad y la casa.

Después de atravesar un pavimento permeable de piedra partida, se ingresa a las viviendas por un patio orientado al norte que otorga privacidad y recibe al usuario. Para acceder a las viviendas en planta alta es necesario atravesar un patio-escalera. Un espacio monomaterial abierto al cielo que antecede el patio propio de cada una de las 4 casas desarrolladas a partir del segundo nivel.

Hacia la calle, se trabaja en la fachada norte con una secuencia de planos y volúmenes ciegos entre los que se ubican los patios de cada vivienda. Silencio, el ritmo, abstracción frente al ruido visual del entorno. La fachada sur gana la vista lejana sobre la arboleda que acompaña al arroyo La Cañada.

La secuencia de planos ciegos perpendiculares a la calle trabaja con el silencio, el ritmo y la abstracción frente al ruido visual del entorno.

La materialidad bruta de las envolventes envejecerá aceptando y exponiendo el paso del tiempo. Las trepaderas que crecerán sobre la celosía de fachada atestiguarán los cambios de estación.

 

 

Proyectista: Manuel Gonzalez Veglia, Tomás Bressan

Colaboradores: Tania Carranza, Noelia Bellagamba

Estructuras: Fernando Mattiuz

Superficie: 900 m2

Fotografías: Federico Cairoli



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